martes, 22 de junio de 2010


Junto al hombre en sancos, apareció otro peculiar personaje, el cual destacó por sus habilidades de contorsionismo. Con una figura delgada y una baja estatura, el hombre se mezclaba entre el público, haciendo piruetas y expresándose de una manera muy peculiar. Entre sus habilidades más destacadas observamos la agilidad y la facilidad para desplazarse y deslizarse de un lugar a otro, hasta de dos manos.
A estos dos protagonistas se les une una pareja de malabaristas, que además de ser estudiantes de la Institución se dedican en sus ratos libres a entretener a los conductores en unas vías aledañas a la Universidad. Ellos nos cuentan como este tipo de arte, les da ingresos económicos y como cada vez que se presentan en las calles o lugares, además de ganar un poco de dinero los divierte y como esta actividad paso a ser una diversión a una costumbre.

No hay comentarios:

Publicar un comentario